En ausencia de ingreso de capitales, el saldo positivo en la balanza comercial venía siendo la columna vertebral del debilitado sector externo de la economía argentina. La reducción en algo más de un 25% en el saldo comercial en los primeros seis meses del año fue una pésima, aunque no inesperada, noticia. Y lo peor del caso es que ese deterioro no se produjo por un proceso de atraso cambiario, sino por la insuficiencia en la producción de petróleo y gas, compleja de revertir en el corto plazo. A partir de ese escenario, la consultora Finsoport planteó que para el resto del año puede esperarse un incremento simultáneo en las exportaciones y en las importaciones.
Según el trabajo del centro de análisis económico y financiero, en el primer caso, el aumento se vinculará con la venta del remanente de la cosecha agrícola de la campaña 2012-2013, así como con el débil impulso de la economía brasileña.
En el segundo caso, la suba dependerá de la continuidad del crecimiento de la demanda interna, proyectó la firma.
En 2012, se registró una mejora del superávit comercial, superior a U$S 12.000 millones, producto de la aplicación de un férreo control a las importaciones. Ese proceso progresivo del balance comercial volvió frenarse en el primer semestre de 2013. Entre diciembre de 2012 y junio de 2013, el superávit comercial acumulado en los últimos doce meses se redujo de U$S 12.400 millones hasta U$S 10.700 millones. El excedente disminuyó U$S 1.700 millones en seis meses.
"Asimismo, como los motores que impulsan a nuestras exportaciones tienden a debilitarse, estas últimas alcanzarían un nivel de U$S 85.000 millones, una suba de un 5% para la totalidad de 2013. En ese caso, para alcanzar un objetivo de superávit de U$S 10.000 millones se requeriría mantener la tasa de incremento interanual de las importaciones por debajo de un 8% en el segundo semestre, es decir bastante menos que el 11% de crecimiento del primer semestre", remarcó el informe.
Para Finsoport, el Gobierno intentará mantener -y aún acrecentar- las restricciones a las importaciones. "Esto preanuncia la continuidad de los problemas en la cadena productiva y conflictos con socios comerciales", evaluó.
"El Gobierno podría alcanzar su objetivo de un superávit de U$S 10.000 millones a costa de contener la tasa de incremento interanual de las importaciones por debajo de un 8% en el segundo semestre. Intentará mantener a las restricciones a las importaciones como única herramienta para sostener el nivel del superávit comercial. Esa herramienta es sólo un paliativo rústico para la falta de una política industrial integral", dijo.